Nuestro hogar necesita calefacción y agua caliente. Es algo indispensable para asegurar el confort dentro de la vivienda unifamiliar. Y, si vivimos en una zona calurosa en verano, tener una forma de enfiar la casa le añade un plus de bienestar. El 70% del consumo energético de una vivienda se invierte en climatización y producción de agua caliente, por lo que es importante contar con buenos equipos que realicen esta tarea.
En el mercado hay múltiples sistemas de climatización que pueden cubrir estas las necesidades de calor, frío y agua caliente sanitaria (ACS), pero, pudiendo elegir, ¿Por qué no elegir uno capaz de satisfacer las tres demandas, que sea eficiente y que suponga ahorros directos económicos y medioambientales? Ese sistema es la bomba de calor geotérmica.
¿Por qué usar bombas de calor geotérmicas y no cualquier otro tipo?
Porque la energía geotérmica, gracias a su elevada eficiencia, está considerada como intrínsecamente renovable a nivel administrativo, lo que permite cumplir con los requerimientos de generación de ACS renovable que todo edificio debe satisfacer por ley en el Código Técnico de la Edificación (CTE). Esto se ha hecho tradicionalmente mediante paneles solares térmicos, un sistema bastante menos eficiente que las bombas de calor, y que además no es gestionable al depender de la energía solar para funcionar. Sin embargo, la energía geotérmica, al estar considerada como energía renovable en el CTE, y gracias a la productividad del sistema, permite cubrir no sólo el porcentaje de demanda de ACS obligatorio, sino toda la demanda térmica de la vivienda de forma totalmente renovable.
¿Es la geotermia un sistema independiente y autosostenible?
Al ser sus fuentes de energía la red eléctrica y el calor de la tierra, el sistema está siempre surtido de combustible, por lo que no hay que preocuparse de encargar gasoil como en las calderas tradicionales o de tener que almacenarlo, con todo lo que ello implica, en nuestro hogar. Así mismo, gracias al alto rendimiento de las bombas de calor, consume mucha menos energía primaria que otros sistemas de climatización, lo que genera ahorros de hasta el 80% de la factura, y es infinitamente menos contaminante al no tener que quemar combustibles fósiles para obtener energía.
¿Se puede combinar la geotermia con otras fuentes de energía?
La dependencia de la electricidad trae una ventaja adicional, y es que, si instalamos un sistema de generación fotovoltaica, podemos aprovechar la electricidad generada durante las mañanas por los paneles solares (momento de mayor producción fotovoltaica, pero en el que solemos estar en el trabajo y la demanda de energía baja) para alimentar la bomba de calor, calentar el agua necesaria para el ACS y la calefacción y almacenarla en el depósito para la noche. Haciendo esto, somos capaces de gestionar la demanda de nuestra casa, cubriéndola cuando mayor producción de energía tenemos, mejorando el aprovechamiento de la instalación fotovoltaica y reduciendo al mínimo la dependencia de la red de la bomba de calor.
¿Por qué la geotermia puede aportar tanto calefacción como refrigeración?
La disponibilidad de un flujo de energía constante durante todo el año (ya que la temperatura de la tierra se mantiene estable) unido a la capacidad de invertir su funcionamiento, hacen que las bombas de calor geotérmicas, pesar de ser un único sistema, puedan adaptarse a las necesidades de climatización de cada época del año: en invierno, la temperatura del subsuelo supera a la ambiental, por lo que la bomba de calor puede extraer calor del pozo y cederlo a nuestro hogar. En verano, justo al revés: la temperatura del pozo es inferior a la ambiental, por lo que la bomba de calor invierte su funcionamiento y extrae el calor de nuestra vivienda y lo cede a la tierra.
¿Es un sistema ruidoso, visible o incómodo?
Justo al contrario, a la par de las superioridad técnica y productiva de los sistemas geotérmicos, cabe destacar que las bombas de calor geotérmicas constituyen un sistema estético, efectivo y discreto, ya que el sistema de recolección de energía es subterráneo y el de distribución, si se trata de suelo radiante, se encuentra oculto debajo de las baldosas o la tarima que haya elegido. Una vez terminada la obra, la única evidencia de que se ha realizado es la sala técnica. Así mismo, el uso de suelo radiante en lugar de sistemas de distribución puntuales como radiadores o fan-coils hace que el calor y el frío se puedan repartir de forma uniforme por las diferentes estancias, mejorando la eficiencia del sistema.
¿Qué otras ventajas tiene?
Una instalación que combinara todos estos sistemas, bomba de calor geotérmica, suelo radiante y paneles fotovoltaicos, junto con un buen aislante de la fachada, permitiría reducir significativamente el consumo de energía externa de la vivienda, convirtiéndola en un Edificio de Consumo Casi Nulo (nZEB por sus siglas en inglés), algo que es relativamente fácil de realizar actualmente durante la construcción de la vivienda o durante una reforma. Si bien es cierto que, en una primera estimación, aumentaría la inversión inicial a realizar para la construcción del edificio, gracias a la adición de estos sistemas se podría optar a ayudas estatales que reducirían los costes de instalación, así como a reducciones de impuestos como el IBI, que se otorga en muchos ayuntamientos a aquellas viviendas con instalaciones fotovoltaicas. Y todo esto sin hablar de los enormes ahorros que supondría vivir en una vivienda que apenas consume energía de la red eléctrica y nada de combustibles fósiles, tanto para nuestro bolsillo como para el medio ambiente en forma de emisiones de gases GEI evitadas.
En conclusión, los sistemas geotérmicos permiten cubrir la demanda de climatización y ACS de nuestros hogares de forma cómoda, durante todo el año y por poco dinero al mes. Por lo tanto, a la hora de buscar su nueva casa, construirla desde cero o rehabilitar su vivienda actual, invertir en energía geotérmica es sin duda la mejor opción.