Argentina y la geotermia: el recurso silencioso que podría transformar el país

Argentina posee un enorme potencial energético aún sin explotar: la geotermia. Esta fuente de energía renovable aprovecha el calor interno de la Tierra y, a diferencia de la solar o eólica, no depende del clima. Funciona todo el día, todos los días, ofreciendo estabilidad y eficiencia que pocas fuentes pueden igualar.

Hoy, se han identificado proyectos que podrían aportar entre 1000 y 1500 MW, mientras que el potencial total del país supera los 6000 MW, concentrados principalmente en la Cordillera y la Puna. Para la minería, el turismo y comunidades aisladas, contar con energía geotérmica propia es una ventaja estratégica enorme, ya que garantiza suministro constante y reduce la dependencia de redes externas.

Otro punto a favor es que casi todo el equipamiento necesario se fabrica en Argentina, y la geotermia ocupa muy poco espacio en comparación con otras energías renovables: apenas media hectárea por megavatio, frente a 6–12 hectáreas de solar o 20–30 hectáreas de eólica. Además, su factor de conversión del 85–90% la hace más confiable que la solar o eólica y mucho más limpia que los hidrocarburos.

Con inversión, estabilidad y reglas claras, la geotermia podría convertirse en el motor energético del país, impulsando desarrollo, innovación y crecimiento económico sostenible para las industrias, comunidades y regiones más remotas de Argentina.


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