Este sistema, con una capacidad de producción de calor que oscilará entre 20 y 33 MW, reducirá las emisiones de CO₂ en 56.000 toneladas al año. Funcionará a temperaturas extremas, hasta 20 grados bajo cero, empleando electricidad de fuentes renovables y utilizando CO₂ como refrigerante, lo que garantiza su seguridad tanto ambiental como toxicológica.
Además del impacto ecológico, Helen Oy anticipa que la nueva planta permitirá estabilizar los precios para los clientes, gracias a su capacidad de producción ajustable. Este avance se enmarca en el esfuerzo global por descarbonizar el sistema energético, en un contexto donde gran parte del consumo de energía en Europa se destina a la calefacción y refrigeración de edificios, con más del 70% de esa energía proveniente de combustibles fósiles.
Este proyecto cuenta con el apoyo del Ministerio de Asuntos Económicos y Empleo de Finlandia, que ha otorgado una subvención para su desarrollo, reconociendo la importancia de la tecnología en la reducción de las emisiones de CO₂. Con este paso, Helsinki se posiciona como líder en la transición energética hacia un futuro más sostenible.