Geotermia y energía geotérmica en Andalucía

Nuestro jefe de obra desarrollará un plan integral. Tendrás contacto directo con el durante los trabajos y también al finalizar la obra durante 2 años. Nuestro servicio de atención post-instalación es único en el sector y el mejor valorado entre nuestro clientes

Por cada kWh eléctrico (en el caso de bombas de calor accionadas eléctricamente, las más habituales) que consume la bomba de calor, se obtienen 5 kWh térmicos. Esto supone que 4 kWh térmicos se obtengan de forma gratuita del terreno. Debido a esto, el período de amortización de las instalaciones geotérmicas de muy baja entalpía suele estar entre los 3 y 8 años. Aunque en multitud de ocasiones, una instalación geotérmica requerirá una inversión inicial inferior que una convencio

Absolutamente. Nuestro jefe de obra es el encargado de determinar y cumplir los plazos de la obra. También contamos con un responsable de Calidad y Medio Ambiente que gestiona la prestación del servicio, gestión de compras y proveedores y diseño y desarrollo. Si lo estimas necesario te facilitamos un cronograma estimado de obra a ejecutar

Respecto a una solución convencional se disminuyen equipos y conducciones, se evita duplicar instalaciones y tecnologías, sin máquinas, ruidos, vibraciones y ocupación de espacio exterior que estas conllevan y sin necesidad de placas solares en la cubierta. Pero además existe una mayor eficiencia energética, reducción de huella de carbono y mayor vida útil de los equipos que hace aún más rentable la inversión en geotermia

Sin duda. En Geoter llevamos más de 12 años realizando instalaciones en todo tipo de situaciones. Nos coordinamos con cualquier otro proveedor en tu obra para garantizarte el mejor servicio.

Geoter cuenta con un extenso equipo de ingenieros y expertos en Geotermia. Somos una gran empresa con presencia en España y Latinoamérica. Nuestro personal es el más cualificado y cubrimos todas las áreas de la ejecución de la obra. En ciertas ocasiones se realizan subcontrataciones puntuales siempre coordinadas y supervisadas por nuestro jefe de obra

Los sistemas de geotermia, instalados por GEOTER, son capaces de suministrar el 100% de la calefacción, refrigeración y producción de agua caliente sanitaria (ACS) de la vivienda. Todo en un mismo equipo, con la posibilidad de que sea compacto incorporando así el depósito de agua caliente.

Una de las partes más importantes de nuestro trabajo es mantener una instalación funcionando una vez puesta en marcha. Para ello contamos con un departamento, en exclusiva, para el servicio de asistencia técnica (S.A.T). Dependiendo de la marca de la bomba de calor que se instale se contará con garantías de piezas, en ciertos elementos, de hasta 4 años. Y por nuestra parte con una garantía total, de la instalación, de 2 años. Siempre se puede contratar un servicio de mantenimiento para tener a punto la instalación durante todo el año, siguiendo las directrices reglamentario según reglamento térmico de instalaciones (R.I.T.E).

Al ser sus fuentes de energía la red eléctrica y el calor de la tierra, el sistema está siempre surtido de combustible, por lo que no hay que preocuparse de encargar gasoil como en las calderas tradicionales o de tener que almacenarlo, con todo lo que ello implica, en nuestro hogar. Así mismo, gracias al alto rendimiento de las bombas de calor, consume mucha menos energía primaria que otros sistemas de climatización, lo que genera ahorros de hasta el 80% de la factura, y es infinitamente menos contaminante al no tener que quemar combustibles fósiles para obtener energía.

La dependencia de la electricidad trae una ventaja adicional, y es que, si instalamos un sistema de generación fotovoltaica, podemos aprovechar la electricidad generada durante las mañanas por los paneles solares  (momento de mayor producción fotovoltaica, pero en el que solemos estar en el trabajo y la demanda de energía baja) para alimentar la bomba de calor, calentar el agua necesaria para el ACS y la calefacción y almacenarla en el depósito para la noche. Haciendo esto, somos capaces de gestionar la demanda de nuestra casa, cubriéndola cuando mayor producción de energía tenemos, mejorando el aprovechamiento de la instalación fotovoltaica y reduciendo al mínimo la dependencia de la red de la bomba de calor.

Son complementarios, pero no es lo mismo. El sistema de suelo radiante es un sistema de distribución. Estos se encargan de llevar la energía térmica que produce un equipo, sistema de producción, bien sea caldera de gas, aerotermia, paneles solares térmicos… Hacia la zona de uso de un edificio. Allí donde haya que climatizar una estancia.
Los sistemas de geotermia de baja entalpia son sistemas de producción. Generan energía térmica como calefacción, refrigeración o agua caliente sanitaria, que deben llevarse al punto final de consumo.
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La disponibilidad de un flujo de energía constante durante todo el año (ya que la temperatura de la tierra se mantiene estable) unido a la capacidad de invertir su funcionamiento, hacen que las bombas de calor geotérmicas, pesar de ser un único sistema, puedan adaptarse a las necesidades de climatización de cada época del año: en invierno, la temperatura del subsuelo supera a la ambiental, por lo que la bomba de calor puede extraer calor del pozo y cederlo a nuestro hogar. En verano, justo al revés: la temperatura del pozo es inferior a la ambiental, por lo que la bomba de calor invierte su funcionamiento y extrae el calor de nuestra vivienda y lo cede a la tierra.

 Justo al contrario, a la par de la superioridad técnica y productiva de los sistemas geotérmicos, cabe destacar que las bombas de calor geotérmicas constituyen un sistema estético, efectivo y discreto, ya que el sistema de recolección de energía es subterráneo y el de distribución, si se trata de suelo radiante, se encuentra oculto debajo de las baldosas o la tarima que haya elegido. Una vez terminada la obra, la única evidencia de que se ha realizado es la sala técnica. Así mismo, el uso de suelo radiante en lugar de sistemas de distribución puntuales como radiadores o fan-coils hace que el calor y el frío se puedan repartir de forma uniforme por las diferentes estancias, mejorando la eficiencia del sistema.